Unos días antes de que se complicará nuestra vida diaria, adquirí el compromiso con Ohgar de preparar unas recetas, se acercaba el día de San Valentín y cada día me ponía más nerviosa ante la imposibilidad de cocinar, fotografiar y redactar.
Pero ayer martes, después de esquivar unos cuantos obstáculos puede hacer este simple y sencillo bizcocho, pero la satisfacción que me ha dado es inmensa.
Poder sacar un poco de tiempo para ti y hacer algo que te gusta cuando tu vida ha perdido el ritmo normal y vives inmersa en una rutina frenética es un bálsamo.


Ingredientes
para un molde de 23cm
3 zanahorias
75 gr de azúcar moreno
50 gr de mantequilla a temperatura ambiente
50 gr de coco rallado
3 huevos
100 gr de harina de espelta integral
11 gr de impulsor químico Royal
una pizca de sal
1 cucharadita de canela
azúcar glas

Nota: el molde que he utilizado es de Ohgar, si el vuestro es más pequeño os quedará más alto el bizcocho.



Preparación

Precalentamos el horno a 180º
En un bol mezclamos la harina de espelta, el impulsor químico, la canela y la pizca de sal, mezclamos y reservamos.
Pelamos las zanahorias y rallamos. Reservamos.
En un bol ponemos los huevos y con la ayuda de unas varillas eléctricas batimos hasta que estén espumosas.
Añadimos el azúcar moreno, y la mantequilla, batimos hasta doblar su volumen, que queden una masa esponjosa.
Agregamos el coco rallado y las zanahorias, mezclamos con una espátula.
Incorporamos la harina poco a poco y vamos mezclando con la ayuda de una espátula.
Volcamos la mezcla en el molde engrasado previamente.
Horneamos durante 30 minutos a 180º.
Antes de retirar del horno pinchamos con un palillo para comprobar que esté cocido.
Dejamos enfriar sobre una rejilla.
Antes de servir espolvoreamos con azúcar glas, es opcional.

La receta es de Y sigo en la cocina.