Hoy vengo con una receta refrescante para el recetario de Tía Alia, que se nos ha vuelto viajero y este mes se nos ha hospedado en el blog de Paula y nos ha propuesto como siempre una receta dulce y otra salada.

Mi elección la dulce, mi versión la rápida, cómo todas mis recetas. Además decidí hacerla con Thermomix porqué pensé: que hubieran hecho las mujeres de la generación de Tía Alia si en  su época hubieran podido disponer de todos los utensilios que nos facilitan hoy el trabajo en la cocina? Yo no me imagino a mi abuela delante de la Thermomix, o de la Kitchen Aid, ni siquiera me imagino a mi madre, que siempre la he visto … con las manos en la masa y con los utensilios más básicos, como cucharas, mortero, molinillo y pasapurés. Mi madre a sus 80 años sigue todavía picando el relleno para los canelones, calamares… con la picadora de hierro de mi abuela, y que a mi me cuesta horrores girar la manivela.

 

Ingredientes
para 4 personas
3 limones grandes (150ml de zumo)
la piel de un limón
200 gr de azúcar

Preparación con Thermomix

El día antes vertemos la leche evaporada en cubiteras y las metemos en el congelador. (Con dos cubiteras, será suficiente).

Rallamos la piel de un limón y reservamos.

Hacemos el zumo de limón hasta conseguir 150ml.

Ponemos el azúcar en el vaso de la Thermomix totalmente limpio y seco, pulverizamos 30 segundos, velocidad progresiva 5-10. Bajamos los restos de las paredes y añadimos la piel del limón, volvemos a pulverizar 30 segundos, velocidad progresiva 5-10. Reservamos en un bol.

Vertemos los cubitos congelados de leche evaporada en el vaso y trituramos 30 segundos, velocidad 5.

Ponemos la mariposa en las cuchillas, (asegurándonos que quedan bien puestas, sino retiramos la leche, ponemos la mariposa y volvemos a introducir la leche) y montamos 3 minutos, velocidad 3 1/2. tiene que montar el doble de su volumen y quedar cremosa, de no ser así programar unos minutos más, velocidad 3 1/2.

Añadimos el azúcar y el zumo de limón reservado y mezclamos 10 segundos, velocidad 3.

Repartimos en vasitos y servimos inmediatamente.

Si se quiere guardar, vertemos el cremoso en un recipiente en el congelador, y a cada hora vamos dándoles vueltas para evitar su cristalización durante el período de 3 horas. Antes de servir sacarlo unos minutos para que vaya tomando una consistencia más cremosa, o podéis servir cómo si fuera un helado.